Carta de un ahogado

Antes que todo, quiero decirte hola; y antes que nada quiero decirte que te extraño.
Vaya a saber el que cuenta chismes en el barrio que dirán de mi ahora que nado con los peces. Los mafiosos no se llevan el crédito de mi cometido, porque mi decisión fue unánime en el rodeo de mis pensamientos. 
Quise escapar de la realidad con pitadas de marihuana, quise llorar hasta la ultima lagríma que ocupaba espacio en mis ojos, quise derretirme con tus besos una vez mas, pero no estabas ahí para cumplir mi ultimo deseo. Y por más que intenté hacerte caso de no lastimarme, no tuve otra solución que está. Sé que me perdonarás... siempre fuiste una mujer comprensiva.
Transpire mas sudor que nunca antes de caer "accidentalmente" desde aquel barranco donde solíamos sentarnos a tomar aire y entregar nuestro amor a las majestuosas estrellas que adornaban la noche; hoy solo veo desde abajo el pasar de los pescadores solitarios y tu hermosa tez en el agua cuando la ilumina el sol matutino.
Parece ayer el día que decidiste subir para nunca mas volver, dejándome perdido.
Recuerdo tu cara de paz y conformidad, aunque siempre odiaste los vestidos blancos y mas los velatorios. Acostumbrabas a calmar mi llanto con besos tiernos y pañuelos, y ahora el que besaba era yo, pero no calmaba tus lagrimas, sino las mías; y los pañuelos no eran de papel, sino de tela.
A dos años de tu partida, sigo pensando en vos con la poca cabeza que me queda. Me descompongo lentamente, mi pelo sigue creciendo, y no olvido el calor de tu cuerpo a pesar de que hoy sienta el frío de las corrientes marinas.

Como te repetía en cuanta oportunidad tuve: estarás en mi corazón hasta la eternidad-.

Te amo.