31 mar 2012

Escamas

Se le caía el pelo, mucho pelo. Perdía cantidades inimaginables por día. Se bañaba y trensas de cabello brotaban de su cuero cabelludo. Provó con miles de prescripciones hechas por doctores y farmacéuticos, pero no daba con la solución. Intentó con recetas caseras, frutos, hojas y yuyos para frenar esto, pero no podía.
Un día, en su ducha habitual del día, notó como ya los últimos mechones yacían en el piso.
Se miró al espejo y pudo ver su cabeza totalmente pelada.
Salío con prisa del baño, se secó con la toalla blanca que colgaba en la barra de la bañadera, se vistió y partió al médico con un gorro en la cabeza.
Llegó a la clínica más cercana de su barrio. Tomó asiento y esperó a que el médico de guardía revisara su situación.
Luego de un par de minutos, su persona es invitada a pasar. El doctor le propuso calmarse, ante todo, y tomar unas pastillas que le mandaba a comprar en el recetario. Si esto no funcionaba, tendría que volver a verlo.
Se fue corriendo del consultorio hacia la calle. La farmacia más cercana quedaba a un par de cuadras de ahí, así que dicidió caminar.
Por la calle nadie persivia su precensia, así que se apuró en comprar el medicamento.
En cuanto ya lo tuvo, tomo el colectivo hasta su casa. Si bien quedaba a unas calles, no quiso perder más tiempo. La sola idea de tener que quedarse así el resto de su vida, incomodaba y el tiempo corría.
Cuando alfín estuvo en su casa, desidío hacerle caso al doctor. Se calmó, y luego tomó la dósis.
Su hogar tenía dos espejos. Uno en el pasillo, y otro en el baño. En el último no era problema, mientrás no fuera ahí. Pero el del pasillo molestaba. Era pasar por en frente y notar su calvicie.
Estalló en mil pedazos.
Juntó sus restos con la escoba.
Notó que algo azul escurría desde sus brazos. Era una herida, pero...¿por qué azul?
Curó con alcohol y suaves gritos por el ardor que le causaba. Esa noche no cenó, había perdido el apetito, así que se acostó.
Pudo recién dormir a altas horas de la madrugada.


Se despertó con el ruido de los pájaros que rasgaban la rama cercana a su ventana. Abrió las cortinas y sintió el calorsito que entregaba el sol.
Fue al baño, estaba con sueño aún. Hiso sus necesidades. Quizó tomarse una ducha, aunque dudo un minuto si hacerlo o no. No acostumbraba a mojarse a esa hora, pero bueno: el impulso pudo más.
Se sacó si pijama a cuadros, abrió las canillas y templó el agua; tuvo una imágen de su infancia donde en las mañanas junto a su familia iban a la playa... y sentía por el cuerpo el agua fría del mar, mezclada con la arena húmeda en sus pies.
Introdujó su cabeza debajo de la lluvia, pero no sintió el agua. Se tocó y pudo percibir que algo no andaba bien.
Su cabeza estaba cubierta de escamas, desde la nuca hasta su frente. Enchastró el piso con agua y jabón cuando salió de la bañadera. No podía creer lo que veía en el espejo. No era su persona, no era un ser humano. ¿En qué se había convertido? ¿Como en solo una noche le pasó estó, y por qué no sintió en absoluto ningún cambio? No sabía que hacer.
Fue hasta su habitación. Corría de un lado para el otro por la casa, dejando rastros de jabón y agua por toda ella.
Sonó el teléfono...
Una vez más, corrió...
Sintió el golpe de su cabeza contra el piso, y sin querer, en un intentó de agarrarse de algo, tomó el cable del teléfono, descolgandolo...
En un marco de luz tenué, mientras sus ojos se cerraban lentamente, escuchó: -Ahora eres una serpiente, escúrrete como tal.
Y durmió.

"Las medias del flamenco", por Horacio Quiroga.


Cierta vez las víboras dieron un gran baile. Invitaron a las ranas y los sapos, a los flamencos, y a los yacarés y los pescados. Los pescados, como no caminan, no pudieron bailar; pero siendo el baile a la orilla del río, los pescados estaban asomados a la arena, y aplaudían con la cola.
Los yacarés, para adornarse bien, se habían puesto en el pescuezo un collar de bananas, y fumaban cigarros paraguayos. Los sapos se habían pegado escamas de pescado en todo el cuerpo, y caminaban meneándose, como si nadaran. Y cada vez que pasaban muy serios por la orilla del río, los pescados les gritaban haciéndoles burla.
Las ranas se habían perfumado todo el cuerpo, y caminaban en dos pies. Además, cada una llevaba colgando como un farolito, una luciérnaga que se balanceaba.
Pero las que estaban hermosísimas eran las víboras. Todas sin excepción, estaban vestidas con traje de bailarina, del mismo color de cada víbora. Las víboras coloradas llevaban una pollerita de tul colorado; las verdes, una de tul verde; las amarillas, otra de tul amarillo; y las yararás, una pollerita de tul gris pintada con rayas de polvo de ladrillo y ceniza, porque así es el color de las yararás.
Y las más espléndidas de todas eran las víboras de coral, que estaban vestidas con larguísimas gasas rojas, blancas y negras, y bailaban como serpentinas. Cuando las víboras danzaban y daban vueltas apoyadas en las puntas de la cola, todos los invitados aplaudían como locos. Sólo los flamencos, que entonces tenían las patas blancas, y tienen ahora como antes la nariz muy gruesa y torcida, sólo los flamencos estaban tristes, porque como tienen muy poca inteligencia, no habían sabido cómo adornarse. Envidiaban el traje de todos, y sobre todo el de las víboras de coral. Cada vez que una víbora pasaba por delante de ellos, coqueteando y haciendo ondular las gasas de serpentina, los flamencos se morían de envidia.
Un flamenco dijo entonces:
–Yo sé lo que vamos a hacer. Vamos a ponernos medias coloradas, blancas y negras, y las víboras de coral se van a enamorar de nosotros.
Y levantando todos el vuelo, cruzaron el río y fueron a golpear en un almacén del pueblo.
–¡Tantan! –pegaron con las patas.
–¿Quién es? –respondió el almacenero.
–Somos los flamencos. ¿Tiene medias coloradas, blancas y negras?
–No, no hay –contestó el almacenero–. ¿Están locos? En ninguna parte van a encontrar medias así.
Los flamencos fueron entonces a otro almacén.
–¡Tantan! ¿Tiene medias coloradas, blancas y negras?
El almacenero contestó:
–¿Cómo dice? ¿Coloradas, blancas y negras? No hay medias así en ninguna parte. Ustedes están locos. ¿Quiénes son?
–Somos los flamencos –respondieron ellos.
Y el hombre dijo:
–Entonces son con seguridad flamencos locos.
Fueron entonces a otro almacén.
–¡Tantan! ¿Tiene medias coloradas, blancas y negras?
El almacenero gritó:
–¿De qué color? ¿Coloradas, blancas y negras? Solamente a pájaros narigudos como ustedes se les ocurre pedir medias así. ¡Váyanse enseguida!
Y el hombre los echó con la escoba.
Los flamencos recorrieron así todos los almacenes, y de todas partes los echaban por locos.
Entonces un tatú, que había ido a tomar agua al río, se quiso burlar de los flamencos y les dijo, haciéndoles un gran saludo:
–¡Buenas noches, señores flamencos! Yo sé lo que ustedes buscan. No van a encontrar medias así en ningún almacén. Tal vez haya en Buenos Aires, pero tendrán que pedirlas por encomienda postal. Mi cuñada, la lechuza, tiene medias así. Pídanselas, y ella les va a dar las medias coloradas, blancas y negras.
Los flamencos le dieron las gracias, y se fueron volando a la cueva de la lechuza. Y le dijeron:
–¡Buenas noches, lechuza! Venimos a pedirle las medias coloradas, blancas y negras. Hoy es el gran baile de las víboras, y si nos ponemos esas medias, las víboras de coral se van a enamorar de nosotros.
–¡Con mucho gusto! –respondió la lechuza–. Esperen un segundo, y vuelvo enseguida.
Y echando a volar, dejó solos a los flamencos; y al rato volvió con las medias. Pero no eran medias, sino cueros de víbora de coral, lindísimos cueros recién sacados a las víboras que la lechuza había cazado.
–Aquí están las medias –les dijo la lechuza–. No se preocupen de nada, sino de una sola cosa: bailen toda la noche, bailen sin parar un momento, bailen de costado, de pico, de cabeza, como ustedes quieran; pero no paren un momento, porque en vez de bailar van entonces a llorar.
Pero los flamencos, como son tan tontos, no comprendían bien qué gran peligro había para ellos en eso, y locos de alegría se pusieron los cueros de las víboras de coral, como medias, metiendo las patas dentro de los cueros que eran como tubos. Y muy contentos se fueron volando al baile.
Cuando vieron a los flamencos con sus hermosísimas medias, todos les tuvieron envidia. Las víboras querían bailar con ellos, únicamente, y como los flamencos no dejaban un instante de mover las patas, las víboras no podían ver bien de qué estaban hechas aquellas preciosas medias.
Pero poco a poco, sin embargo, las víboras comenzaron a desconfiar. Cuando los flamencos pasaban bailando al lado de ellas, se agachaban hasta el suelo para ver bien.
Las víboras de coral, sobre todo, estaban muy inquietas. No apartaban la vista de las medias, y se agachaban también, tratando de tocar con la lengua las patas de los flamencos, porque la lengua de las víboras es como la mano de las personas. Pero los flamencos bailaban y bailaban sin cesar, aunque estaban cansadísimos y ya no podían más.
Las víboras de coral, que conocieron esto, pidieron enseguida a las ranas sus farolitos, que eran bichitos de luz, y esperaron todas juntas a que los flamencos se cayeran de cansados.
Efectivamente, un minuto después, un flamenco, que ya no podía más, tropezó con el cigarro de un yacaré, se tambaleó y cayó de costado. Enseguida las víboras de coral corrieron con sus farolitos, y alumbraron bien las patas del flamenco. Y vieron qué eran aquellas medias, y lanzaron un silbido que se oyó desde la orilla del Paraná.
–¡No son medias! –gritaron las víboras–. ¡Sabemos lo que es! ¡Nos han engañado! ¡Los flamencos han matado a nuestras hermanas y se han puesto sus cueros como medias! ¡Las medias que tienen son de víbora de coral!
Al oír esto, los flamencos, llenos de miedo porque estaban descubiertos, quisieron volar; pero estaban tan cansados que no pudieron levantar una sola ala. Entonces las víboras de coral se lanzaron sobre ellos, y enroscándose en sus patas les deshicieron a mordiscones las medias. Les arrancaban las medias a pedazos, enfurecidas, y les mordían también las patas, para que se murieran.
Los flamencos, locos de dolor, saltaban de un lado para otro, sin que las víboras de coral se desenroscaran de sus patas. Hasta que al fin, viendo que ya no quedaba un solo pedazo de media, las víboras los dejaron libres, cansadas y arreglándose las gasas de su traje de baile.
Además, las víboras de coral estaban seguras de que los flamencos iban a morir, porque la mitad, por lo menos, de las víboras de coral que los habían mordido, eran venenosas.
Pero los flamencos no murieron. Corrieron a echarse al agua, sintiendo un grandísimo dolor. Gritaban de dolor, y sus patas, que eran blancas, estaban entonces coloradas por el veneno de las víboras. Pasaron días y días, y siempre sentían terrible ardor en las patas, y las tenían siempre de color de sangre, porque estaban envenenadas.
Hace de esto muchísimo tiempo. Y ahora todavía están los flamencos casi todo el día con sus patas coloradas metidas en el agua, tratando de calmar el ardor que sienten en ellas. A veces se apartan de la orilla, y dan unos pasos por tierra, para ver cómo se hallan. Pero los dolores del veneno vuelven enseguida, y corren a meterse en el agua. A veces el ardor que sienten es tan grande, que encogen una pata y quedan así horas enteras, porque no pueden estirarla.
Esta es la historia de los flamencos, que antes tenían las patas blancas y ahora las tienen coloradas. Todos los pescados saben por qué es, y se burlan de ellos. Pero los flamencos, mientras se curan en el agua, no pierden ocasión de vengarse, comiéndose a cuanto pescadito se acerca demasiado a burlarse de ellos.

30 mar 2012

Capitán América- Las Pelotas


Moviéndose, torres de cristal
irrompibles frente a mi
¡Garantizado!

Caen sobre mi
las cadenas de supermercados
"compre mas barato"
¡Garantizado!

Moviéndose caen sobre mi:
"correrse pa'l fondo"
...y si no puedo ver donde voy
parece que me pase!

Amééééérica,
debo estar en América del Sur,
bien al sur...
¡Garantizado!
Salpicándome
sobre la ropa recién lavada
con jabón en polvo
¡Garantizado!

Moviéndose caen sobre mi
"correrse pa'l fondo"
y si no puedo ver donde voy
parece que me pase

Yo...

Sé que soy fría, pesada, celosa, inmadura,
jodida, sarcástica, irónica, agresiva, boluda, una ganza total.
Sé que no soy tierna, ni tampoco demostrativa, menos amorosa.
Tengo mil millones de defectos que todavía no descubrí,
Pero sé que si te llega a pasar algo... me muero.

29 mar 2012

~

Libertad o muerte! Yo defiendo mi postura, y mi vida. Me gusta ser así, porque así soy feliz. Ahora...
¿vos sos feliz?

25/03

¡Feliz cumple Mami!

Let's question me.

01. Nombre completo: Camila.

02. ¿Por qué te pusieron ese nombre?: Por Camila O'Gorman, una jovencita que se enamora de un cura, y muere decapitada.

03. ¿Le pides deseos a las estrellas?: A Dios, no a las estrellas.

04. ¿La última vez que lloraste?: Hoy. Me tenté con mis compañeros.

05. ¿Pan con qué?: Con cualquier cosa.

06. ¿Te gustan los animales?: Los amo.

07. ¿Cuántos hijos tienes?: Todos mis peluches.

08. ¿Colaboras con alguna ONG?: No.

09. ¿Si fueras otra persona serías tu amigo?: Sería muy fácil entenderme, pero no me gustaría que sea igual. Sería aburrido.

10. ¿Tienes un diario de vida?: Cada vez que me propongo la idea, lo dejo por la mitad.

11. ¿Eres sarcástico?: Soy muy sarcastica, muy muy muy muy.

12. ¿Harías puenting?: What da fuck is that? Si, lo haría (?)

13. ¿Cuál es tu cereal preferido?: La caca de conejo, digo, los de Nescuit

14. ¿Te desabrochas los zapatos antes de sacarlos?: jajajajajajajajajajaja nunca! Es ley sacártelos en un intento sobre-humano con los propios dedos de los pies.

15. ¿Crees que eres fuerte?: En las piernas tengo fuerza. Después, soy debilucha. Para! ¿en que sentido?

16. ¿Tu helado preferido?: Mientras tenga chocolate, y algo de limón. Si, me encantan todos.

17. ¿Qué número calzas?: 40, talle mortal.

18. ¿Grupo de música preferido?: Uf, está muy difícil. Pero si me tengo que quedar con uno... ¡Carajo fulltime!

19. ¿Qué es lo que menos te gusta de ti?: Mi altura, mi cara, mis brazos, y por sobre todo... mis pies. Igual, me quiero. Defectos en mi persona tengo muchos, y principalmente que soy irónica.

20. ¿A quién extrañas mucho?: A mi abuela, a Mauricio, y a mucha otra gente que no está.

21. ¿Cuál ha sido la última película que has visto?: Una de Telefe.

22. ¿Qué color de pantalones y zapatos tienes puesto?: Estoy descalza, y con el uniforme del colegio (azul pitufo).

23. ¿Algo que te desagrade en los demás?: Unas largas de los pies y pelo grasiento. En lo personal, la gente agrandada, cerrada en su forma de pensar, y los homofóbicos.

24. ¿Qué estás escuchando en este momento?: Escucho como Pepe se queja de nosequecosa.

25. ¿La última persona con quien hablaste por teléfono?: Mi vieja.

26. ¿Tu bebida favorita?: Jugo de manzana.

27. ¿Deporte favorito para ver por TV?: Fútbol, a full (San Lorenzo).

28. ¿Comida favorita?: Sanguchitos de miga de jamón y queso. Sino, dame unos buenos ravioles.

29. ¿Final triste o final feliz?: Final abierto, final misterioso. Es más divertido.

30. ¿Tienes mascotas?: Una perra, Zombra. Si, con Z. Es la mejor perra de todo el fuckin* world.

31. ¿Día favorito del año?: Todos. No tengo un día en especial. Mientras el mundo y yo nos levantemos en mutuo acuerdo y exista la música, soy feliz.

32. ¿Besos o abrazos?: Abrazos. Es algo tan relajante poder sentir el amor de la otra persona en un abrazo. Igual, besos también (dependiendo de quien)

33. ¿Eres una persona alegre?: Si. Puedo decir que soy muy positiva cuando se trata de momentos malos. Siempre estoy alegre, al menos que mi hermano me saque de quicio... 

34. ¿Has viajado mucho?: No, la verdad que no. Está en uno de mis planes.

35. ¿Tuviste un momento vergonzoso? ¿Cuál?: Sinceramente soy un bochorno en persona. Me mando las mejores cagadas, pero si tengo que decir uno es... puf. Cuando era chica fui a mi directora y le dije que tenía un demonio adentro, con que necesidad! Me lavaron el cerebro ese día con agua bendita.

36. ¿Cual es la última comida que preparaste?: Una prepizza :$

37. ¿Color favorito?: Azul, me encanta.

38. ¿Qué viste anoche en la tele?: Graduados y nada más, creo.

39. Algo que te haga perder los papeles: Lo que creo injusto y los razonamientos ilógicos, aunque últimamente lo sobrellevo, que me esquiven y me dejen de lado también.

40. ¿Dónde es lo más lejos que has estado de tu casa?: Córdoba, o cuando estoy en mi mundo.

41. Algo que te daría morbo hacer: 

42. ¿Próximos planes con alguna persona?: En estos momentos pienso en ir a vivir con mis amigas. O comprarme un auto y pasar a buscar a mi chico por Lomas.

43. Postre favorito: Cualquier cosa que tenga chocolate, pero no mousse.

44. Un sitio para desaparecer: Lejos, muy lejos de mi casa, donde corra aire, que este fresquito, un sol y mucho pasto.

45. ¿A qué animal le tienes más miedo?: A ninguno. ¿Pirañas?

46. No te gustaría morir sin probar: que se siente hacer un trío.

47. ¿Alguna vez te pillaron haciendo el amor?: Jajajajaja

48. Tu nivel de paciencia de 0 a 10 es: Casi infinita. Tengo un límite, pero rara vez lo pase.

49. ¿Qué libro estás leyendo?: El nigromante, de Michael Scott. Es de la saga Los secretos del inmortal Nicolas Flamel. Es genial, lo super recomiendo.

50. ¿Alguna vez tomaste drogas?: Drogas. Bueno, drogas abarca todo. Desde medicamentos hasta alucinógenos. Así que digamos que si, tomé... ¡hasta mi abuela tomó!

26 mar 2012

25 mar 2012

Abrir el corazón...


¡               vivir es festejar              !



Carajo- Teatro Flores. Foto: Laila Villanova




Esto me causó un infarto.

24 mar 2012

Wonderful life- Hurts


Dont let go,
Never give up,
its such a
wonderful life

23 mar 2012

24 de marzo de 1976


Nunca más en poder en manos de militares.
Nunca más desaparecidos.
Nunca más nacionalismo.
Nunca más perseguir gente por su ideología.
Nunca más asesinar gente.
Nunca más un Estado justificando sus delitos mediante un discurso de justicia y mano dura.
Nunca más la Iglesia poyando asesinatos y torturas.
Nunca más un gobierno autoritario.
Nunca más un continente plagado de dictaduras que beneficien a un imperio.
Nunca más la censura.
Nunca más la violencia.
Nunca más la apropiación de niños.
Nunca más el lavado de cerebro mediante los medios de comunicación.
Nunca más un pueblo que no se mete en política.
Nunca más la política como mala palabra.
Nunca más la educación pauperizada.
Nunca más el poder en manos militares.
Nunca más desaparecidos.
Nunca más Nacionalismo.
Nunca mas la discriminación, nunca más.

.

Whatever- Oasis

-
I'm free to be whatever I,
whatever I choose,
and I'll sing the blues if I want
I'm free to say whatever i
whatever i like
if it's wrong or right it's alright
Always seems to me
you only see what people want you to see
how long's it gonna be
before we get on the bus
and cause no fuss
get a grip on yourself
it don't cost much 

Free to be whatever you say
if it comes my way it's alright !





Abracadabra es una palabra usada en el encantamiento, brujería y magia.

Existen tres hipótesis estrechamente relacionadas acerca de su origen:
Una posible fuente es Arameo: אברא כדברא avrah kahdabra que significa:
 "Yo creo como hablo"
Otra posible fuente es del Hebreo: Aberah KeDabar
"iré creando conforme hable".
En uno de sus textos, Eduardo Galeano la traduce del Hebreo antiguo por: 
Envía tu fuego hasta el final.





NO    PEGO   UNA















Dios, qué esto sea solamente un aviso.

19 mar 2012

A little respect- Erasure



I try to discover
a little something to make me sweeter
oh baby 
refrain from breaking my heart.
I'm so in love with you,
i'll be forever blue,
that you gimme no reason,
you know you make-a-me work so hard.
That you gimme no,
that you gimme no,
that you gimme no,
that you gimme no...
Soul, i hear you calling,
oh, baby please! 
give a little respect
to
 me





17 mar 2012

Across the universe- The Beatles

A pesar de dormir casi diez horas los fines de semana, y ocho los otros cinco días, el cansansio que tengo ya no se me pasa.
Estoy cansada del clima de mierda de está casa.
Estoy cansada de escuchar a mis viejos quejarse por todo.
Estoy cansada de los gritos.
Estoy cansada de todo.
Tiraría todo por la borda, y daría vuelta el timón hacia otro rumbo.



Por suerte, mi único escape mientras estoy en esta carcel es nada más que mi música.







10 mar 2012

Cero a la izquierda.

Me siento muy estupida por decir esto: pero soy muy infantil. Siento que a veces no tendría que tener estas actitudes de nena a mi edad, pero nacen de mi. Al igual que mi fastidio sin razón alguna con toda persona que se comunique conmigo.  Ahora, necesito pedir perdón si alguna vez moleste o hice enojar a alguien por estos arranques de put* que tengo. Yo no lo quiero hacer, pero es mi maldita forma de ser. Como por ejemplo, hoy. Quizas fue culpa de él por haberme avisado tarde o quizas culpa del servicio de Personal por andar tan mal. Lo espere como una pelotud* por 3 horas, pero quedará en él lo que pasó realmente. 
Admito que en este estado actuo y hablo mal, algo de muchas cosas que le molesta a mi vieja. Y por ende: Mi enojo termina siendo SU enojo. Tengo esa habilidad y "superpoder" asombroso de irradiarlo. Sí, irradio mi enojo, por eso me denominan en mi casa xomo "gente tóxica". BUUUUUU, temanmé! Ja.
Me siento poderosa, pero no tendría que jactarme por tener este carácter de mierd*. Y sigo en la misma, me enojo y enojo. Soy calentona, me fastidio con facilidad, y todo esto lo ves mediante mi cara y forma de hablar. No es que voy pegando portazos o pateando viejas por la calle, simplemente me callo y bancate mi figurita facial.
Sumandole a todo esto me siento la persona más insignificante, menos que un cero a la izquierda. Además, no tengo persona con quien hablarlo, no tengo con quien (mejor dicho) poder decir QUÉ me pasa. Mis viejos siempre están en la suya, y si les contas solo obtenes un balbuseo como respuesta, y después te vuelven a dar la espalda. Amigas últimamente ni se dan a conocer, no llaman, no me buscan, nada de nada, andan (también) en la suya. Amigos: uno, y con bastantes problemas como para escuchar los mios. ¿Mi hermano? No gracias, no quiero que sea una noticia nacional. El único que me quedaría sería él, pero no quiero "pasarle mi mala onda"; porque creo que uno cuando uno le cuenta sus problemas a otros, está pasando energía... mala (que no hace bien), y me odiaría si él, la única persona que siento que me quiere ultimamente, está mal por mi culpa. 

En fin.
En estos casos tengo tres opciones:
-Pedir un turno con un psicologo.
-Ser indiferente a lo que me pasa.
-Agua y un cortacorriente. 

Pero, sinceramente, no tengo inclinación por ninguna de estas.